Infieles

En manos de un primo
Cada sábado su padre tenía como costumbre llevar a la familia a cenar a la casa de su hermano, tío de la joven. Desde chicos ella tenía la costumbre de escapar junto a su primo a mirar tele a una de las habitaciones, mientras las familias continuaban en el comedor terminando la cena y conversando. Lo que las familias jamás se enteraron, es que la confianza que se tenían ambos por ser tan cercanos y la curiosidad que crecía con ellos por el sexo los llevaría a descubrirse juntos. Aquella noche su primo sacó su pene fuera exhibiéndolo en un juego de provocación, ella no se aguantó las ganas y percatándose de que nadie venía se pasó a su cama por unos minutos. Mientras él filmaba, ella respondía a sus deseos disfrutando el momento...

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