Infieles

Una ducha placentera
El deseo a flor de piel, la calentura propia de la juventud y la falta de un compañero para satisfacerla la tienen en un estado de excitación constante. Cuando las ganas llaman no queda otra que buscar la manera de satisfacer al cuerpo, aunque tenga que usar lo poco que haya a mano.

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