La primera guía para hablar con los chicos de temas sensibles
Fuente: clarin.com
Preguntas incómodas. La Sociedad Argentina de Pediatría elaboró varias respuestas con argumentos científicos a las más diversas preguntas de los hijos que suelen descolocar a los padres. Para contestar sin sobresaltos.
Por Valeria Román
Ma, ¿cómo nacen los bebés?”. “¿Qué quiere decir que el abuelo está en el cielo?”. “¿Por qué no puedo estar más en la compu?” Son algunas de las preguntas de los chicos que pueden sobresaltar a los padres. Ahora, por primera vez, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) publicó una guía que enfoca los temas más sensibles.
“Es una publicación que se basa en las últimas evidencias científicas para ayudar a los padres a tratar problemáticas, como el abuso sexual, la sexualidad, el divorcio, y la muerte”, cuenta la doctora María Luisa Ageitos, asesora de Unicef, que fue una de las autoras de la guía, cuyo título es “El cuidado de los hijos”, editado por Aguilar. Aquí, algunas de esas preguntas:
¿De dónde vienen los bebés? La cuestión sexual no empieza a estar en la mente de los chicos en la adolescencia. Empieza mucho antes, desde los 3 años aproximadamente. “Cada vez que los chicos preguntan, los padres deberían darles explicaciones veraces y claras, y no recurrir al cuento de la cigüeña o al de la “semillita”. No les pueden decir: “te lo digo cuando seas grande”. Porque los chicos buscarán la respuesta en otro lugar y podrían recibir información incorrecta”, señaló Ageitos. Hay que darles información de acuerdo a la edad, sin imponerle una clase sobre sexo, ni hablarles de sexo como algo “espantoso”.
¿Cuándo te vas a morir?
“A los 4 años, preguntan qué les pasó a la abuela o a otro ser querido que se ha muerto. Se dan cuenta de que la muerte es permanente”, comenta Angela Nakab, pediatra del Hospital de Niños Elizalde, “No se debe decir que el fallecido se quedó dormido o se fue de viaje, porque los niños estarán siempre esperando el regreso. Simplemente que estaba viejita y se murió. Que no volverá. Aclarar que era muy grande: porque de lo contrario los chicos sentirán temor de que pueden morirse inmediatamente”. Si los padres están tristes, lo mejor es que no lo oculten ante los hijos. “Negar no sirve: porque no se elabora el duelo”.
¿Me ayudás con los deberes?
“En principio, hay que hablar de tareas y no de deberes, porque le resta placer”, sostiene la psicopedagogía Éster de Krengel. Los padres no deberían aceptar hacer la tarea, sino que deben acompañarlos y dejar que ganen autonomía. Si los chicos no quieren hacer la tarea, es mejor hablarlo francamente y organizar su tiempo para estudiar y jugar. Aconseja tener paciencia. Y si vienen con una nota mala, no se puede tomar como una sorpresa. “Obligará a los padres a replantear qué tipo de acompañamiento les están dando con las tareas”.
¿Cuándo llega mi hermanito?
Cuando la llegada de otro hijo está cerca, se abre la posibilidad de hablar de temas como las diferencias sexuales. Es común que los chicos sientan celos. En la guía, se sugiere hablar sobre lo positivo de compartir la vida con el nuevo bebé, organizarse y evitar las comparaciones entre hermanos.
¿Por qué no me dejás ir?
“Los límites deben ser conversados”, afirma Teodoro Puga, profesor consulto de pediatría de la UBA. “Se pueden conversar varias posibilidades sobre las situaciones que se presenten y los límites”. Una confusión común es que algunos padres identifican autoridad con autoritarismo y dejan de ejercer control sobre los hijos. De esta manera, los chicos los sienten como amigos, pero son huérfanos de padres. Esto puede traer un costo: los hijos serán incompetentes para hacer su propia vida en la adultez, ya que no habrán internalizado normas desde niños.
“Me pegaron otra vez”
Es tan preocupante un niño que agrede como aquel que no logra reaccionar. El hostigamiento, el aislamiento, las agresiones y las intimidaciones reiteradas por los compañeros pueden formar parte de un caso de acoso escolar (o “bullying”). Aconsejan consultar con el pediatra y con los docentes.
¿Por qué no puedo usar la compu ni ver la tele?
Lo importante, según los autores de la guía, es decidir la cantidad de horas que los chicos pasarán por día frente al televisor y a la computadora, y consensuar los programas. “Sólo 2 horas de computadora diaria es lo ideal -resalta Nakab- . Los padres tienen que anticiparles los horarios de computadora, comidas, baños. Que los chicos sepan qué van a hacer, para evitar que estén a la deriva”.
Preguntas ausentes: alcohol, drogas y cigarrillos
Algunos chicos están más expuestos que otros a consumir alcohol, marihuana, pegamentos y cigarrillos. Sus amigos pueden convidarles y ellos aceptar, pero de esto generalmente nada preguntan a sus padres. “Los padres pueden sacar el tema a partir de noticias o de los problemas de amigos, para tantear qué saben los chicos sobre las conductas adictivas y sus daños”, remarca Marta Braschi, toxicóloga del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. La apatía, las mentiras, la ausencia de proyectos y los fracasos escolares pueden ser signos de adicción.
“Mi cuerpo es mi territorio”
Los padres pueden inculcarles la idea del cuidado del cuerpo y el aseo de sus zonas íntimas con la premisa de que nadie tiene derecho a tocarlas, salvo la mamá o el médico cuando sea necesario. Se debe hablar tanto de sexualidad como de abuso sexual.
“¿Qué es eso de la pastillita?
“Desde chicos pueden preguntarlo y se les puede responder que es una forma de que papá y mamá no tengan más hermanitos”, sostiene Mabel Bianco, especialista en sexualidad y género. De grandes, hay que explicarles cómo funcionan los diferentes anticonceptivos para prevenir embarazos no deseados.
¿Por qué no siguen juntos?
Para hablar del divorcio, es importante que ambos padres estén presentes, según Nakab. “Se debe usar la verdad. Aclarar que se termina el matrimonio, pero que el amor hacia ellos seguirá, y tener la menor cantidad de discusiones frente a ellos. Lo importante es que no se sientan abandonados por el divorcio, ni tampoco que se sientan los culpables. Pueden tener el llanto más fácil, y más berrinches. Si bien es necesario que los comprendan, no se puede ser excesivamente permisivos”.
Preguntas incómodas. La Sociedad Argentina de Pediatría elaboró varias respuestas con argumentos científicos a las más diversas preguntas de los hijos que suelen descolocar a los padres. Para contestar sin sobresaltos.
Por Valeria Román
Ma, ¿cómo nacen los bebés?”. “¿Qué quiere decir que el abuelo está en el cielo?”. “¿Por qué no puedo estar más en la compu?” Son algunas de las preguntas de los chicos que pueden sobresaltar a los padres. Ahora, por primera vez, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) publicó una guía que enfoca los temas más sensibles.
“Es una publicación que se basa en las últimas evidencias científicas para ayudar a los padres a tratar problemáticas, como el abuso sexual, la sexualidad, el divorcio, y la muerte”, cuenta la doctora María Luisa Ageitos, asesora de Unicef, que fue una de las autoras de la guía, cuyo título es “El cuidado de los hijos”, editado por Aguilar. Aquí, algunas de esas preguntas:
¿De dónde vienen los bebés? La cuestión sexual no empieza a estar en la mente de los chicos en la adolescencia. Empieza mucho antes, desde los 3 años aproximadamente. “Cada vez que los chicos preguntan, los padres deberían darles explicaciones veraces y claras, y no recurrir al cuento de la cigüeña o al de la “semillita”. No les pueden decir: “te lo digo cuando seas grande”. Porque los chicos buscarán la respuesta en otro lugar y podrían recibir información incorrecta”, señaló Ageitos. Hay que darles información de acuerdo a la edad, sin imponerle una clase sobre sexo, ni hablarles de sexo como algo “espantoso”.
¿Cuándo te vas a morir?
“A los 4 años, preguntan qué les pasó a la abuela o a otro ser querido que se ha muerto. Se dan cuenta de que la muerte es permanente”, comenta Angela Nakab, pediatra del Hospital de Niños Elizalde, “No se debe decir que el fallecido se quedó dormido o se fue de viaje, porque los niños estarán siempre esperando el regreso. Simplemente que estaba viejita y se murió. Que no volverá. Aclarar que era muy grande: porque de lo contrario los chicos sentirán temor de que pueden morirse inmediatamente”. Si los padres están tristes, lo mejor es que no lo oculten ante los hijos. “Negar no sirve: porque no se elabora el duelo”.
¿Me ayudás con los deberes?
“En principio, hay que hablar de tareas y no de deberes, porque le resta placer”, sostiene la psicopedagogía Éster de Krengel. Los padres no deberían aceptar hacer la tarea, sino que deben acompañarlos y dejar que ganen autonomía. Si los chicos no quieren hacer la tarea, es mejor hablarlo francamente y organizar su tiempo para estudiar y jugar. Aconseja tener paciencia. Y si vienen con una nota mala, no se puede tomar como una sorpresa. “Obligará a los padres a replantear qué tipo de acompañamiento les están dando con las tareas”.
¿Cuándo llega mi hermanito?
Cuando la llegada de otro hijo está cerca, se abre la posibilidad de hablar de temas como las diferencias sexuales. Es común que los chicos sientan celos. En la guía, se sugiere hablar sobre lo positivo de compartir la vida con el nuevo bebé, organizarse y evitar las comparaciones entre hermanos.
¿Por qué no me dejás ir?
“Los límites deben ser conversados”, afirma Teodoro Puga, profesor consulto de pediatría de la UBA. “Se pueden conversar varias posibilidades sobre las situaciones que se presenten y los límites”. Una confusión común es que algunos padres identifican autoridad con autoritarismo y dejan de ejercer control sobre los hijos. De esta manera, los chicos los sienten como amigos, pero son huérfanos de padres. Esto puede traer un costo: los hijos serán incompetentes para hacer su propia vida en la adultez, ya que no habrán internalizado normas desde niños.
“Me pegaron otra vez”
Es tan preocupante un niño que agrede como aquel que no logra reaccionar. El hostigamiento, el aislamiento, las agresiones y las intimidaciones reiteradas por los compañeros pueden formar parte de un caso de acoso escolar (o “bullying”). Aconsejan consultar con el pediatra y con los docentes.
¿Por qué no puedo usar la compu ni ver la tele?
Lo importante, según los autores de la guía, es decidir la cantidad de horas que los chicos pasarán por día frente al televisor y a la computadora, y consensuar los programas. “Sólo 2 horas de computadora diaria es lo ideal -resalta Nakab- . Los padres tienen que anticiparles los horarios de computadora, comidas, baños. Que los chicos sepan qué van a hacer, para evitar que estén a la deriva”.
Preguntas ausentes: alcohol, drogas y cigarrillos
Algunos chicos están más expuestos que otros a consumir alcohol, marihuana, pegamentos y cigarrillos. Sus amigos pueden convidarles y ellos aceptar, pero de esto generalmente nada preguntan a sus padres. “Los padres pueden sacar el tema a partir de noticias o de los problemas de amigos, para tantear qué saben los chicos sobre las conductas adictivas y sus daños”, remarca Marta Braschi, toxicóloga del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. La apatía, las mentiras, la ausencia de proyectos y los fracasos escolares pueden ser signos de adicción.
“Mi cuerpo es mi territorio”
Los padres pueden inculcarles la idea del cuidado del cuerpo y el aseo de sus zonas íntimas con la premisa de que nadie tiene derecho a tocarlas, salvo la mamá o el médico cuando sea necesario. Se debe hablar tanto de sexualidad como de abuso sexual.
“¿Qué es eso de la pastillita?
“Desde chicos pueden preguntarlo y se les puede responder que es una forma de que papá y mamá no tengan más hermanitos”, sostiene Mabel Bianco, especialista en sexualidad y género. De grandes, hay que explicarles cómo funcionan los diferentes anticonceptivos para prevenir embarazos no deseados.
¿Por qué no siguen juntos?
Para hablar del divorcio, es importante que ambos padres estén presentes, según Nakab. “Se debe usar la verdad. Aclarar que se termina el matrimonio, pero que el amor hacia ellos seguirá, y tener la menor cantidad de discusiones frente a ellos. Lo importante es que no se sientan abandonados por el divorcio, ni tampoco que se sientan los culpables. Pueden tener el llanto más fácil, y más berrinches. Si bien es necesario que los comprendan, no se puede ser excesivamente permisivos”.
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