
El suceso ha tenido lugar en una carretera de Oslo (Noruega). La policía detuvo al conductor de un Mazda que circulaba a 133 kilómetros por hora en una zona limitada a 100.
Según fuentes policiales, el coche se movía de un lado a otro porque una mujer estaba sentada en las piernas del hombre y esto le impedía ver la carretera.
Lo que en principio parecía exceso de velocidad se convirtió en un suceso más grave, cuando los agentes descubrieron que el hombre conducía a la vez que mantenía relaciones sexuales.
El conductor se enfrenta al pago de una gran multa y a la suspensión de su carné de conducir. Su imprudencia podría haber puesto en peligro la vida de otros conductores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario