Infieles

¿Qué hago? Mi novio es lo peor en la cama

Fuente: nosotras.com
¿Cuántas veces todo parecía ser perfecto hasta el momento de llegar a la cama? Hombres que parecen príncipes azules se convierten automáticamente en el peor de los sapos en la intimidad del dormitorio. Torpeza, rapidez y sobre todo, falta de comunicación, suelen ser los principales problemas.

Has conocido al hombre ideal: es educado, atento, inteligente y divertido. Todo va sobre ruedas hasta que os acostáis por primera vez y todo se va al traste. Él parece habérselo pasado en grande pero ¿Y tú? Muchas mujeres optan por callar por miedo a ofender a sus parejas, pero esa no es la solución.

Si tu chico ha resultado ser un desastre entre las sábanas, házselo saber. La comunicación es un punto esencial –si no el más importante- de una pareja y es necesario hablar de este tipo de problemas. Puedes estar perdiéndote una gran pareja sexual por no exponer lo que te pasa. Explícale lo que te gusta (y lo que no) y que él haga lo mismo. Después vendrá la mejor parte ¡la práctica!

Sabemos que no es fácil tener esta conversación, por eso en la siguiente galería te proponemos algunos consejos para que abordes el tema ¡y salgas ganando!

Ahora que ya tienes claro que tienes que hablar con él, tienes que saber como hacerlo porque tampoco hay que herir a nadie y menos a tu chico. Evita los reproches o los tonos de enfado y habla con él de manera relajada pero clara ¡Y que no se os olvide el buen humor!

A todas nos gustan cosas distintas y es probable que tu chico esté acostumbrado a otras amantes anteriores que no tenían nada que ver contigo. Muéstrale en plena acción que es lo que más te gusta, verás como lo aprende rápido.

Si el problema que tiene tu pareja es una disfunción que quizás tiene más que ver con una enfermedad, convéncele para que vaya a un especialista. Una buena terapia puede ayudarle a recuperar su salud sexual y dejar sus problemas en ese campo atrás.

En ocasiones y en especial cuando se trata de parejas que llevan poco tiempo juntas, el problema es más bien de diferencia de ritmos. En ese caso, la solución más eficaz es la práctica ¡Cuantas más veces lo hagáis más os almoldaréis el uno al otro!

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