Infieles

¡237 razones para tener sexo!

Fuente: metronoticias.com.mx
Si ustedes hombres, imaginaban o esperaban frases como “porque los hombres me parecen irresistibles”, “porque sólo con el sexo que él me da soy feliz”... No, con pena.

Ni románticas, ni cursis, ni de diálogo de película palomera. Según esto, las razones más comunes para que las mujeres tengamos sexo pueden ser tan superfluas, maquiavélicas y vanas como "para que se me quite el dolor de cabeza", "para provocar celos", "por venganza", "como forma de pago", "por lástima", "para mejorar mi posición profesional", "porque estoy aburrida".

Si ustedes hombres, imaginaban o esperaban frases como "porque me muero por él", "porque los hombres simplemente me parecen irresistibles", "porque sólo con el sexo que él me da soy feliz", "porque me vuelve loca de pasión", "porque él me pone a punto del infarto sexual"... mmmm... No, con pena. No tanto.

Un libro recogió recientemente 237 razones por las que se supone que nosotras tenemos sexo. Fueron entrevistadas mil mujeres de diversos países y los resultados, al parecer, fueron sorprendentes: menos eróticas o románticas de lo que se esperaba.

Cuando vi esta noticia hace algunos días me pregunté: ¿Cuáles han sido mis motivos (no amorosos, claro está) y los de mis amigas, para tener sexo? Y yo no reúno en un libro 237 razones, pero con el pequeño sondeo que he realizado entre mis congéneres me basta. La verdad es que, me doy cuenta, de que una a veces tiene sexo por los motivos más inexplicables.

Mi querida amiga Blanca dice que a veces lo ha hecho porque sentía pena. ¿Pena? ¿Pena de cuál? ¿De agobio, de vergüenza, de lástima? Mmmm, de lástima, me responde. ¿Has tenido sexo por lástima, Blanca? Sí, dice con su misma cara de siempre, de "aquí no pasa nada". "Sí, una vez alguien quería tener sexo conmigo y yo no, pero él hace meses que no estaba con ninguna mujer, se había separado, estaba en un proceso de divorcio muy feo y yo había sido su paño de lágrimas como amiga. Tuve sexo para ayudarlo". ¿Y luego?, le pregunto. "Nada, seguimos como amigos, se enamoró de mí y tuve que dejar lo".

Quien me ha dicho que en este blog la llame Roxana, otra de mis mejores amigas, dice que una vez discutía con su pareja por la noche, durante horas y horas, y para terminar de una buena vez con esa sarta de insultos que se estaban propinando uno al otro, ella, cansada, con sueño y con una junta muy importante a temprana hora al día siguiente, decidió darle un beso de pronto, comenzar a desvestirlo y montarse en él. El sexo duró 6 minutos, con él terminó la pelea y ella pudo dormir para levantarse temprano al día siguiente y llegar puntual a su oficina. Dice que ahora cada vez que pasa lo mismo, repite la operación y siempre le funciona.

A Lola, mi amiga española radicada en México, y quien no tiene empacho en que su verdadero nombre sea revelado aquí dice que ella ha usado el sexo para vengarse de otros hombres. ¿Pero esos otros hombres se enteran de que tú los has engañado? No, me dice. ¿Entonces, Lola? "Sólo me basta saber que he sido infiel para vengarme de sus infidelidades porque algo en mí ha cambiado aunque no se lo diga", me cuenta.

En ese libro aparecen otras motivaciones realmente perturbadoras como contagiar al hombre una enfermedad venérea, por conseguir drogas, tener un hijo con alguien a quien no volverán a ver, tener un auto nuevo, subir de estatus profesional. Y otras que realmente me encantan, como "para quitarse un dolor de cabeza" o "por piedad con el desamparado". Me encantaría poder decir algún día: "Querido, me duele la cabeza... ¿es que acaso podrías...?", o "Querido, ahora no tengo dinero para prestarte, pero...".

¿Y el amor? ¿Y el deseo? Bueno, sí aparece, pero contrario a lo que pudiera pensarse estas dos palabras no estaban en los primeros lugares de la gigantesca lista. El sexo, según dice ese libro lo usan las mujeres sí, para expresar amor, pero también para obtenerlo, y para tratar de conservarlo... Las mujeres que lean esto sabrán exactamente las tres diferencias ¿o no chicas?

Yo he tenido sexo también por diversos motivos. Aunque, ¡demonios!, no recuerdo nunca haberlo tenido para que se me quitara el dolor de cabeza. La próxima vez, antes de tomar un paracetamol tomaré el teléfono y haré un par de llamadas para obtener el servicio a domicilio. Pero entre mis razones generales, está sí, porque estoy aburrida, porque se me antoja algo nuevo, porque quiero probar técnicas distintas o porque estoy en mis días post menstruación en donde el deseo particularmente me inunda.

Al final pienso que la motivación es lo que menos importa. Importa el con quien y lo que venga después. A veces de motivaciones poco afortunadas han salido grandes historias de amor o por lo menos historias de amistades sólidas.

¿Para ustedes cuáles son sus motivaciones más descabelladas, insólitas o comunes que puedan confesar en este espacio?

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