Felación y lluvia de esperma en el mundo animal
Fuente: urgente24.com
Uno estudio científico del Instituto Entomológico Guandong, en la ciudad china de Cantón, que publica esta semana la revista PlosOne afirma que, por lo menos en el caso de los murciélagos de la fruta, la felación proporciona a la especie una ventaja adaptativa, al prolongar el tiempo de cópula de los machos. En tanto, ahora se sabe que pequeño crustáceo es capaz de eyacular hasta 10 veces su tamaño.
Un estudio dirigido por el biólogo Min Tang, filmó por 1ra. vez una práctica sexual de felación en una especie ajena a la humana. De hecho, el sexo oral ha sido observado muy raramente en especies diferentes a la nuestra. Se da ocasionalmente entre machos jóvenes de bonobos Pan paniscus o chimpancés pigmeos, como una forma de juego, pero nunca como paso previo o simultáneo a la cópula con una hembra.
Por lo tanto, no existía hasta ahora ninguna prueba que demostrara que esa práctica tuviera algún tipo de explicación adaptativa para ninguna especie de animal, y se consideraba una actividad exclusivamente humana y ligada al juego.
Sin embargo, Min Tang ha demostrado que la felación (sexo oral practicado a machos por parte de hembras) es algo rutinario durante la cópula en los murciélagos de la fruta Cynopterus sphinx. Y sostiene que este comportamiento reporta importantes beneficios evolutivos a esa especie. Entre estos murciélagos el macho suele disponer de un harén de varias hembras, con las que copula al abrigo de los frondosos mantos de hojas de los árboles del sur de China.
Los investigadores capturaron 30 machos y 30 hembras en las cercanías de Guangzhou y observaron su comportamiento sexual en un entorno controlado, ya que es muy difícil de observar en su medio natural. Y resulta que en la mayor parte de los casos (en 14 de las 20 parejas que copularon), las hembras lamieron, en plena cópula (que se realiza en posición dorso ventral, con el macho montando a la hembra desde atrás), la base del pene de sus parejas.
La felación se produce siempre de la misma forma y durante la cópula. En ningún momento los machos retiran el pene de la vagina de la hembra mientras dura el sexo oral.
Tang y su equipo se dieron cuenta de que existe una relación positiva entre el tiempo que la hembra dedica a la felación y el tiempo que dura la cópula. En concreto, cada segundo de felación supone 6 segundos 'extras' de cópula. Por eso, la duración del acto sexual fue mucho mayor entre las parejas que tuvieron sexo oral que entre las que no realizaron esa práctica.
Los investigadores, sin embargo, no aciertan a dar un motivo claro que explique exactamente por qué la mayoría de las hembras lame la base del pene de los machos. Lo que sí que parece claro es que, al prolongar el tiempo de la cópula, incrementa también las posibilidades de fertilización y, por lo tanto, de supervivencia de la especie.
Esperma
Ahora, un equipo internacional de científicos liderado el doctor Renate Matzke-Karasz, de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, ha detectado señales de un «esperma gigante» en los fósiles de unos pequeñísimos crustáceos, los ostrácodos, que tienen una antigüedad de unos 100 millones de años.
El animal sigue manteniendo en la actualidad la misma técnica para reproducirse, lo que lo convierte en un super macho más allá de los tiempos. Mide sólo un milímetro de longitud y, en algunos casos, su esperma puede ser hasta diez veces más grande que su tamaño.
Los investigadores utilizaron un tipo especial de rayos X de gran complejidad técnica para mirar en el interior de estos crustáceos sin dañarles. A traves de esta técnica, "hemos detectado los órganos que se requieren para la transferencia de esperma gigante", explica Matzke Karasz en un estudio que publica la revista Science.
"Como los ostrácodos actuales producen esperma gigante y lo hacen con los mismos órganos que hace 100 millones de años, podemos asegurar que esta característica distintiva evolucionó sólo una vez en este grupo", dice el especialista. Al parecer, "ha resultado una exitosa estrategia de reproducción en la evolución", a pesar de que el animalillo tiene que invertir mucha energía en la elaboración de semejantes cantidades de espermatozoides.
Los ostrácodos no son los únicos animales capaces de estas proezas sexuales. Existen unos cuantos que, en comparación, dejarían al hombre bastante deprimido.
El esperma humano tendría que medir 40 metros de largo para ponerse a la altura de la mosca de la fruta. Este insecto mide unos pocos milímetros, pero es capaz de eyacular seis centímetros. También existen otros insectos, pájaros y algunos primates que pueden colgarse la medalla.
Uno estudio científico del Instituto Entomológico Guandong, en la ciudad china de Cantón, que publica esta semana la revista PlosOne afirma que, por lo menos en el caso de los murciélagos de la fruta, la felación proporciona a la especie una ventaja adaptativa, al prolongar el tiempo de cópula de los machos. En tanto, ahora se sabe que pequeño crustáceo es capaz de eyacular hasta 10 veces su tamaño.
Un estudio dirigido por el biólogo Min Tang, filmó por 1ra. vez una práctica sexual de felación en una especie ajena a la humana. De hecho, el sexo oral ha sido observado muy raramente en especies diferentes a la nuestra. Se da ocasionalmente entre machos jóvenes de bonobos Pan paniscus o chimpancés pigmeos, como una forma de juego, pero nunca como paso previo o simultáneo a la cópula con una hembra.
Por lo tanto, no existía hasta ahora ninguna prueba que demostrara que esa práctica tuviera algún tipo de explicación adaptativa para ninguna especie de animal, y se consideraba una actividad exclusivamente humana y ligada al juego.
Sin embargo, Min Tang ha demostrado que la felación (sexo oral practicado a machos por parte de hembras) es algo rutinario durante la cópula en los murciélagos de la fruta Cynopterus sphinx. Y sostiene que este comportamiento reporta importantes beneficios evolutivos a esa especie. Entre estos murciélagos el macho suele disponer de un harén de varias hembras, con las que copula al abrigo de los frondosos mantos de hojas de los árboles del sur de China.
Los investigadores capturaron 30 machos y 30 hembras en las cercanías de Guangzhou y observaron su comportamiento sexual en un entorno controlado, ya que es muy difícil de observar en su medio natural. Y resulta que en la mayor parte de los casos (en 14 de las 20 parejas que copularon), las hembras lamieron, en plena cópula (que se realiza en posición dorso ventral, con el macho montando a la hembra desde atrás), la base del pene de sus parejas.
La felación se produce siempre de la misma forma y durante la cópula. En ningún momento los machos retiran el pene de la vagina de la hembra mientras dura el sexo oral.
Tang y su equipo se dieron cuenta de que existe una relación positiva entre el tiempo que la hembra dedica a la felación y el tiempo que dura la cópula. En concreto, cada segundo de felación supone 6 segundos 'extras' de cópula. Por eso, la duración del acto sexual fue mucho mayor entre las parejas que tuvieron sexo oral que entre las que no realizaron esa práctica.
Los investigadores, sin embargo, no aciertan a dar un motivo claro que explique exactamente por qué la mayoría de las hembras lame la base del pene de los machos. Lo que sí que parece claro es que, al prolongar el tiempo de la cópula, incrementa también las posibilidades de fertilización y, por lo tanto, de supervivencia de la especie.
Esperma
Ahora, un equipo internacional de científicos liderado el doctor Renate Matzke-Karasz, de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, ha detectado señales de un «esperma gigante» en los fósiles de unos pequeñísimos crustáceos, los ostrácodos, que tienen una antigüedad de unos 100 millones de años.
El animal sigue manteniendo en la actualidad la misma técnica para reproducirse, lo que lo convierte en un super macho más allá de los tiempos. Mide sólo un milímetro de longitud y, en algunos casos, su esperma puede ser hasta diez veces más grande que su tamaño.
Los investigadores utilizaron un tipo especial de rayos X de gran complejidad técnica para mirar en el interior de estos crustáceos sin dañarles. A traves de esta técnica, "hemos detectado los órganos que se requieren para la transferencia de esperma gigante", explica Matzke Karasz en un estudio que publica la revista Science.
"Como los ostrácodos actuales producen esperma gigante y lo hacen con los mismos órganos que hace 100 millones de años, podemos asegurar que esta característica distintiva evolucionó sólo una vez en este grupo", dice el especialista. Al parecer, "ha resultado una exitosa estrategia de reproducción en la evolución", a pesar de que el animalillo tiene que invertir mucha energía en la elaboración de semejantes cantidades de espermatozoides.
Los ostrácodos no son los únicos animales capaces de estas proezas sexuales. Existen unos cuantos que, en comparación, dejarían al hombre bastante deprimido.
El esperma humano tendría que medir 40 metros de largo para ponerse a la altura de la mosca de la fruta. Este insecto mide unos pocos milímetros, pero es capaz de eyacular seis centímetros. También existen otros insectos, pájaros y algunos primates que pueden colgarse la medalla.
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